Caso inaugural de Performance en Ecuador, este proyecto fue concebido inicialmente como un trabajo experimental que pretendía trabajar los temas: hombre, naturaleza y creencia.

La acción tiene cuatro momentos: 1) Los performers encienden las velas que iluminarán la sala y la instalación. 2) El performer principal Damián Toro aparece frente a los espectadores llevando una gallina en cada mano. Hace que el público le siga hacia la sala. Al mismo tiempo la performer Jenny Jaramillo ingresa a la sala en donde también se encuentra la performer Ana Baldisserotto. 3) Una cuerda divide la sala en dos espacios, uno para el público y otro para los performers. Luego de que la acción empieza, el performer Damián Toro hace que el público cruce la cuerda divisoria. Hay entonces un diálogo corporal a través del cual se desarrollan escenas cuyo orden no lineal desorienta al espectador y lo incluye en la acción (beber vino de misa, comer arroz crudo, escuchar textos sin sentido, encender velas, etc.); 4) Finalmente la secuencia se rompe cuando por acción de Jenny Jaramillo las velas se apagan y el público supone un posible final de la acción.

Participantes:  Damián Toro, Jenny Jaramillo, Anna Flavia Baldisserotto
Escultura Viva: Carla Toro
Instalación: Damián Toro con colaboración de Jenny Jaramillo y Ana Baldisserotto
Filmación: Enrique Aguirre
Fotografía: Eduardo Quintana